In memoriam María Luisa Fernández “Libertad”.

Por Pilar Nova Melle. Asociación de Descendientes del Exilio

María Luisa Fernández, para nosotros siempre Libertad, falleció ayer. Es un duro golpe para los exiliados y sus descendientes. Fue un referente para todos y un ejemplo para los más jóvenes. Recuerdo una tarde entera charlando en el patio de su casa nuestra secretaria, Natalia López, recién llegada al cargo, y yo misma. Tantas horas que nos parecieron minutos; ese día cuanta historia contemporánea aprendimos.
Como presidenta de la asociación siempre le estaré agradecida por los sabios consejos que me dio, a petición mía. Ella observaba, preguntaba, pero no entraba en lo que consideraba que no le correspondía por ser según sus palabras “una socia de base”. Sabía muy bien lo que significa la organización en una asociación; había tenido responsabilidades de organización tanto en el exilio como a su vuelta a España, en el partido en el que militaba, el PSOE.
Me llamó mucho la atención de Libertad que ponía permanentemente a disposición de la asociación algo que las personas con muchos contactos “importantes” guardan con celo: la agenda. Siempre que necesitamos un teléfono ahí estaba la agenda de Libertad abierta, nos facilitó mucho el trabajo.
Me vais a permitir compartir con vosotros algo más íntimo. Ayer, poco antes de morir me telefoneó, como hacía cada año el día del Pilar que nunca de la hispanidad, me recordaba que su madre también se llamaba Pilar y me cantó una canción que cantaba su madre, con esa mezcla de acentos y esos términos mexicanos que tanto le gustaban. Después de las bromas que nos hicimos emergió la militante y su afán de ser útil. Me manifestó sus deseos de contribuir en lo que la asociación necesite. Hoy recordaba con una de sus hijas esa faceta tan solidaria, su casa siempre abierta…
Nunca te olvidaremos, querida Libertad.

Pilar Nova Melle

Presidenta de la Asociación de Descendientes del Exilio Español.

ENTREVISTA

María Luisa (Libertad) fue exiliada en Francia al poco tiempo de nacer, en 1939. Fue testigo de
la deportación, del hambre y del retorno de los refugiados a España así como de las penurias
de las emigraciones económicas de los años 60. Educada sin odio en el respeto de los principios democráticos y republicanos, ha militado tanto en organizaciones sindicales como Socialistas. Su vida ha sido un compromiso inquebrantable con la lucha del pueblo español contra la dictadura Su vida actual sigue consecuente con los valores de la república, la democracia y la libertad, siendo cofundadora de la asociación Descendientes del Exilio Español.
María Luisa es una mujer tranquila, equilibrada. Su marcado acento francés no ha desaparecido con el pasar de los años. Aunque transmite calma y equilibrio, durante la entrevista se anima y muestra a través del brillo de sus ojos a una mujer combativa, empapada de unos principios que han forjado su vida y que defiende con pasión.
(E) María Luisa, me ha costado muchísimo hacer un sumario de una vida tan intensa como parece que has tenido.
(L) Han sido muchos años e intensos [ríe] por las circunstancias históricas que he vivido. ¡Ha sido la pura casualidad!
(E)Empiezo a preguntarte. He leído que María Luisa fue el nombre con el que tuviste que inscribirte pero que el nombre que te pusieron al nacer era Libertad. ¿Por qué Libertad?
(L) Nací bajo las bombas en Barcelona de unos padres socialistas. Libertad, Igualdad, Fraternidad… normalmente son nombres más bien de anarquistas aunque ellos socialistas me pusieron de nombre Libertad y así me registraron. Con ese nombre viví en Francia. Mis padres se separaron y quisimos volver a España. Cuando pedimos pasaporte necesité pedir el acta de nacimiento. Tenía 15 años cuando me la denegaron por tener ese nombre porque no era oficial. [De niña] fui bautizada en un campo de concentración cuando estaba muy enferma de tifus por una monjita en un hospital. Mamá vio la solución y mandó esa Fe de Bautismo a Barcelona y conseguí el pasaporte que tardó un año porque era lo que tardaron en demostrar al Régimen que mi madre no tenía manchadas las manos de sangre para poder conseguir un pasaporte de entrada y de salida.
A partir de los 16 años me llamé María Luisa oficialmente. Aquí [España] estaban todos estaban asustados, nadie me llamaba Liber, como en Francia. Me llamaba Mari y yo a veces ni contestaba [ríe]. Cuando volvimos años después desde Méjico pedí el acta literal de nacimiento. El acta literal no se puede modificar, se modifica al margen. Pues a mí no, me borraron el nombre de Libertad me pusieron al margen que se lee perfectamente, que… por el Decreto de Burgos de 1937 no podía usar el nombre de Libertad y se me impone (la palabra me encanta) el nombre de María Luisa. Después de los años cambiar de nombre me da igual pero yo me considero Libertad
(E) Has vivido el exilio en tres países que son Francia, Alemania y Méjico. Tres países muy diferentes. ¿Cómo ha sido el exilio en ellos?
(L) Lo de Francia fue trágico, era muy pequeña y se separó a la familia. A nosotras nos mandaron a un campo de concentración. Papá en Argelès. Anduve por tres campos. Salí con 4 años y medio de los campos franceses. Estábamos en la Segunda Guerra Mundial con bombas otra vez. Lo de Francia fue el exilio puro. Luego empecé a colaborar en la clandestinidad con las Juventudes Socialista. A finales de los 50 empezó la ola de inmigración masiva. En Francia había un grupo de españoles más organizado que estaba en los sindicatos franceses, en Bélgica lo mismo. Pero no existían en Alemania casi españoles. Entonces pensamos en desplazarnos para ayudar a nuestros compatriotas. Desde el Instituto Español de Emigración se les advertían que no entraran en sindicatos porque los expulsarían o castigarían a la familia. Los mismos empresarios alemanes se beneficiaban de esta situación. En Alemania los sindicatos solo pueden ayudar a los inscritos. Tuve mis problemas con gente de UGT que deseaban crear un sindicato único al margen de la UGT y la CNT, la ASO (Alianza Sindical Obrera) que fue fuertemente patrocinada.
Tuve que dirigirme a Frankfurt para defender a la UGT. Mi lucha era porque quería que si se hacía una alianza sindical se partiera de los sindicatos que ya habían estado luchando antes y que luchaban ahora en España: UGT y CNT. Ya había habido una unión entre las dos en la República. Era mi obsesión. Al final efectivamente no resultó. Los mismos que defendieron esta postura y con los que me enfrenté en Frankfurt me los encontré aquí en España en el 1er congreso de la UGT.
Me tuve que volver Toulouse porque me eligieron en 1966 en un congreso del partido para llevar la Secretaría de Formación y Propaganda. En el 67 conozco a mi marido, nos enamoramos y nos casamos.
(E) Un nuevo exilio, ¿no?
(L) ¡Claro! Es que allí éramos refugiados. Pero es que por amor se pueden hacer muchas cosas.
(E) Y ¿Cuál fue la respuesta de estos países con los exiliados? ¿Qué era lo que percibías cuando
ibas allí?
(L) Nosotros tenían doble militancia (Socialista/UGT) lo cual nos protegía. Recurríamos a ellos
para cosas concretas. A mí me maravillaba que especialmente en Alemania, donde los cónsules
estaban encima de los emigrantes económicos y donde había un sacerdote para cuidar de su
alma que vigilaba que no estuvieran sindicalizados y que sembraba el miedo a la represalia, se
hubieran hecho 9 secciones en dos años. A pesar de todo muchos tuvieron el valor de
continuar y esto ha sido la semilla de lo que se pudo hacer aquí cuando se volvió.
(E) Nos estás contando como perteneciste a múltiples asociaciones. UGT, PSOE, Juventudes
Socialistas… ¿Esto fue algo vocacional, inspirado por tus padres o la conciencia política nació
al ver cómo estaban los otros españoles en estos países en estas situaciones?
(L) La conciencia de lucha la adquirí cuando vine aquí. Cuando vine con 15 años. En 1957 le dije
a mamá: “mira mamá, yo no aguanto aquí”, este país con la doble moral, el miedo y la
represión. Venía de un país libre y es a la vuelta a Francia cuando me comprometo
políticamente. Vivíamos el ambiente pero mis padres nunca nos impusieron ideas porque eran
demócratas. Uno mismo va aprendiendo. Los de mi generación enfocamos la renovación del
partido. Veníamos de familias socialistas pero no lo vivíamos como una religión. Cuando salí de
España me di cuenta que tenía que hacer algo para que este país cambiara. Salí de este país
espantada. Quería que este país cambiara.
(E) Has participado muy activamente en la Asociación de Descendientes del Exilio Español.¿
Qué fue lo que te movió a participar en su fundación?.
(L) Había un grupo compuesto Carlos Tobío, Ludi…; exalumnos del Luis Vives, uno de los
colegios de Méjico, se reunían y me animaban a participar. Yo no pertenecía al colegio por lo
que propuse que crearan algo más, una organización que englobara a todos los que podemos
considerarnos descendientes del exilio.

(E) Te digo por qué lo pregunto, porque una vez leyendo vi que había una acotación tuya
donde decías que habías participado en la fundación con el objeto de reivindicar los valores de
la República, y también recordar a las víctimas del franquismo. Yo me pregunto, ¿qué valores
de la republica crees que son necesarios revindicar, y si piensas que hay alguno que hemos
conseguido rescatar?
(L) Me has hecho una pregunta en un momento en que soy poco optimista. Un país como este
no debe ser monárquico debe ser republicano. Esta es la base y los principios del partido
socialista de Pablo Iglesias. Hoy oigo a compañeros que dicen que el partido socialista no ha
sido siempre republicano. ¡Cuando no ha sido republicano! Otra cosa es que hoy en día se
haya aceptado la legalidad del sistema monárquico. He conocido tantos veteranos socialistas
que son socialistas sin ser republicanos. Los valores de una República democrática son estos
tres valores, los valores de una república democrática, igualitaria donde existe el reparto de la
riqueza que no es el caso hoy donde el capitalismo va ganando terreno en toda Europa. No
podemos renunciar a estos valores.
(E) Desde tu opinión, ¿cómo cree que se enfrentan las instituciones y los partidos políticos al
tema del exilio Español y de la República?
(L) Hay un desconocimiento tremendo de lo que ha sido esa época y lo que ha representado.
Por eso son importantes organizaciones como la de Descendientes del Exilio. Hay que
recuperar esa memoria y reintroducirla en la Historia con mayúsculas de este país. No se
puede esperar que la gente por generación espontánea sepa lo que ha sido, ha podido ser y no
fue. Está costando y cada vez hay más intentos. Hay mujeres profesoras de español como
Shirley Mangini que están enseñando la historia de este país a sus alumnos en EE.UU. Cada vez
se publican más cosas pero hay que introducirlas en los libros de texto. Suelo ir a institutos a
contar mi historia donde hablo con jóvenes de 15 y 16 años, supuestamente ruidosos y es
impresionante la reacción de los chavales, los chicos escuchan, preguntan y asimilan… Y no es
más que mi modesta historia, que tiene que ver con la historia con hache minúscula

(E) Y sobre este tema de la memoria histórica con el que has sido bastante reivindicativa. En un
país como España donde hay una parte de la sociedad que cree que esta ley supone es
remover las ascuas del pasado ¿por qué piensas que es tan importante que rescatemos
nuestra memoria histórica?

(L) Porque es la historia de España. A mí no me gusta la palabra “bando” pero se conocer la
historia solo de la parte que impuso sus condiciones, es necesario conocer la historia de la otra
parte para que la gente pueda sensibilizarse. Por esto es tan importante que asociaciones
como la vuestra y como otras muchas, hagan una labor positiva.
Ahora estoy con la comisión de Memoria Histórica del Ayuntamiento y me han hecho una
entrevista para una exposición.
[La exposición con 11 maletas. Cada maleta es el resumen de la historia de cada uno de ellos]
(E) Lo que viene a partir de aquí. Has hablado de que a veces vas a hablar a los colegios de tu
experiencia y que piensas que sería bueno transmitir a estas nuevas generaciones que vienen
detrás sobre lo que has vivido tú y lo que han vivido otros españoles?

(L) Si tengo tanto interés en que se conozca la historia de España es porque mi deseo es que no
se vuelva a repetir una situación de tantos muertos, tanta gente sacrificada y tanta represión.
¡Y, no te creas!, ¡que lo entienden! No solo he hablado de esto en los institutos también el
Ateneo y otros lugares como la Librería de Mujeres. Aportando modestamente lo que se
puede.
(E) Muchas gracias María Luisa… Libertad

Madrid, 10 de noviembre de 2017

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